¿Que noticias tengo para contarte? pues mamá un par de novedades, haciéndome más a la idea de vivir con RP (Retinitis Pigmentosa) No es fácil, eso de reinventarse es un reto (que no vengan a vendernos la idea de que está chupado) , ya puedes escuchar el segundo episodio en @Mudadospod.
Contarte sobre mi “affair”, siento como si me estuviera volviendo a enamora con la idea. Antes, mi definición de entretenimiento… como te puedes imaginar me gusta, me entretiene. Ahora es como un amor clandestino, que me lleva a levantarme, complacerme y a excitarme haciéndolo todas las mañanas.
El tema de escribir es como un amor clandestino, un affair, porque a diferencia de lo que tradicionalmente se asocia a los escritores, no soy ni buena en ortografía, ni en redacción y fallo en la gramática… ups…y me da vergüenza. Entonces, como diablos se me ocurrió esto de escribir…porque me gusta el sonido de las teclas del computador cuando son presionadas por mis dedos, en el silencio de la mañana, porque me permite soñar, me permite crear, puedo y tengo fe en que es útil. En resumen, ¡porque se me da la gana!
Lo otro es que siempre se me dijo, que para escribir hay que ser un buen lector y leer literatura. Pues yo no me considero así, durante muchos años pensé que no era buena lectora. He descubierto que me gusta leer, del tipo cuento corto y novela histórica, la ficción en formato cuento, los textos que hacen la historia fácil, y especialmente me encantan los libros de crecimiento personal.
¿En serio?
Si, en serio, sorprendida o con una sensación de guacalá, pues si, esos libros me gustan. Esos para wanna be de psicólogos; esos mismos que algunos llaman de autoayuda o psicología barata; esos que algunos critican diciendo que son para los anaqueles de los supermercados. 😉 exactamente esos. Como todo en mi vida las dos anteriores deben tener la explicación en la mezcla de lo que me gusta. Entender la diversidad y la historia de la humanidad, como hemos formado nuestra historia, como entendemos, como pensamos acerca del mundo que nos rodea y los sentimientos humanos.
¿Qué es lo único que puede diferenciarnos en un futuro de la IA (computadores inteligencia artificial)? Yo creo fielmente que es mantener vivas aquellas singularidades que nos hace humanos, nuestra mente emocional y la capacidad creativa. Créeme leer sobre crecimiento personal ¡Es súper divertido! Si… yo se… ya me lo han dicho antes. Que estoy súper rayada también, pero al que le gusta le sabe y al que le guste seguirá leyendo. Al que no pues… a otra cosa mariposa como dicen en España.
Todo empezó con el libro ese que te conté en el post donde defendimos el tigre, el de finding your element y luego llego a mi vida el libro: Becoming a writer de Dorotea, ella y sus ideas locas. Estaba tan feliz en el tren, estaba tan feliz mientras leía el libro, me sentía como enamorándome de nuevo.
Verme enamorada de nuevo, reluciente y con ganas de esconderme para mi love afffair matutino. Pero algo paso… desafortunadamente mi marido no estaba feliz… pareciera que no entendía que pasaba. Yo tenia tantas ganas de llegar a casa y esconderme a manosear el teclado… a escribir. Quería seguir las ideas locas de Dorotea, tenia ganas de empezar mi rutina como decía el libro y en las mañanas darme la oportunidad de creer que puedo llegar, hacer eso que tanto me atrae.
Me había enviado un regalo (el monomíto de J. Campell), especialmente para mi niña interior, para motivarla a seguir su sueño y darle esperanzas. Pero no sé en que momento llegar a casa tenia que volverse un drama por un pinche regalo. Se notaba que a mi esposo del todo no le gustaba la idea de encontrar un regalo que no reconocía, pero porque tenia que percibirlo de la peor manera, como un tema de affairs… Estaba tan enfocado en lo que no entendía, que estaba haciéndose sordo y no escuchando, peor aun no enterándose de mis sentimientos, o mis razones reales. El solo repetía “Quien diablos esta mandando regalos en papel costoso y mensajes románticos a mi casa, y a ti que te ha dado por levantarte, y esconderte en el closet a primera hora de la mañana quien sabe a chatear con quien…” Yo respire profundo y dije: “Okay… imagínate lo que quieras”, lo dejé así, él con sus percepciones… Yo tranquila me fui a la cama, además tenia más ganas de sentarme a escribir que de explicarle.
A las 4:30 de la madrugada me despertaron las ganas otra vez, pero esa mañana, si logre levantarme, salirme de la cama y sentarme en mi refugio, esconderme debajo de mi manta, para así ponerme a escribir.
Me recordo esa temporada larga en el hospital, cuando era adolescente, el médico me pregunto que quería que me trajeran para hacerme mas llevadera la hospitalización. Le contesté una máquina de escribir portátil y papel. Recuerdo como fue abrazar ese aparato contra mi pecho y decirle cuanto lo quería, y tener papel en blanco para poder escribir mi poesía, esas dos cosas eran lo único que quería. Eso seria lo que me sanaría y de hecho me ayudo mucho a llevar esos días en el hospital, a recuperarme. Decidí hacer un pequeño libro donde escribía poemas que me iban saliendo al pasar lo días de hospitalización. Era una máquina marca Brother, me acuerdo. Esa máquina te la había regalado mi tío, cuando iniciaste la universidad (por allá en los años 70s). Me preguntas: ¿Tanto querías esa maquina? La respuesta es: Mucho, mamá. Me dolió cuando la desapareciste. Fue la primera máquina en la que escribí y descubrí lo que me gustaba el sonido de las teclas, era yo una niña.
Volviendo al tema de escaparme de la cama temprano en las mañanas y el ejercicio de levantarme a escribir. Que ¿De donde salió esta idea?… Salió del libro de Dorotea. El libro sugería que una la primera tarea que debía hacerse, para empezar el camino de escribir, era levantarse muy temprano en la mañana y directo a escribir. El libro dice “la primera cosa que se hiciera en la mañana, antes de tener contacto con el mundo exterior, antes de hablar con alguien, es sentarse a escribir.”
La idea me quedo sonando, se me hizo atractiva y posible. Para mi seria un alivio si logrará escribir y dejar fluir (out-of) de mi cabeza todos los pensamientos e imágenes que me despiertan, en mis sueños o en mi estado de estupor en la mañana. Lo que pasa es que cuando me despierto, y me ha pasado toda la vida, mi cerebro se enciende en modo creativo. Pone una escena de una película o un cuadro con personajes cada mañana. En ese momento, se que no estoy durmiendo, porque puedo hacer todo un proceso de racionalización y crear más personajes, ponerlos a hablar e imaginar situaciones, además percibo todo el peso de mi cuerpo, y la falta de reacción de mis músculos porque están totalmente relajados. En ese estado de adormecimiento el único despierto es mi cerebro por mi imaginación, el resto de mi cuerpo esta durmiendo. Siempre he tenido la costumbre de que cuando estoy en ese estado, no abro los ojos, en ese momento trato de mantener ese estado, mi cerebro puede estar así por al menos 2 horas. También lo hacia porque era la clave para volverme a dormir. Pero ahora quiero usarlo y en vez de volverme a dormir quiero sentarme a escribir.
Volvamos a situarnos en ese estado de estupor (adormecimiento). Intentare describirte como funciona, en medio de la noche o a la madrugada mi cerebro se despierta, revisa mi entorno por medio del oído y la percepción sensorial de mi piel y mi nariz, sigo estando en la cama, confirmo que no estoy soñando y que mis músculos están totalmente relajados. Si otra persona me viera diría que estoy dormida. Pero mi cerebro esta despierto, percibo el “silencio” de la noche, los sonidos a mi alrededor, las voces de los que hablan en la calle, el sonido de los coches y cualquier sonido. Puedo concentrarme y siento el latido de mi corazón, soy consiente de mi respiración, escucho la respiración de quienes duermen alrededor mío, escucho el sonido de mi propia respiración y se siente tan bien. Como no quiero abrir los ojos, y tampoco quiero moverme mucho porque me pesan los músculos, y para no despertarme completamente. Me concentro en percibir y seguir respirando suavecito, en quedarme en la cama manteniendo la relajación muscular. En ese estado, empieza una de las cosas mas entretenidas que he tenido toda mi vida, es cuando toda la magia empieza, mi imaginación viaja libremente y me monta unas películas que son geniales. Es uno de mis secretos mejor guardados, esto nunca se lo había contado a nadie (okay… solo lo sabia mi esposo, pero porque duerme conmigo y empezó a percibirlo, a notar los cambios en mi respiración.)
Como te decía, ese momento tan mío en las madrugadas, ha sido mi secreto toda la vida desde que era una niña. Cuando ya han pasado unos minutos de escuchar el latido de mi corazón y empieza mi cabeza a ser un cinema o una obra de teatro (según le permita a mi imaginación fluir). Sin la barrera de racionalizar o el pensamiento consciente, mi imaginación toma el control y vuelve mi cerebro su escenario. En ese estado de estupor en las mañanas he entretenido a mi imaginación toda la vida y en algunas épocas hemos sido muy felices, en otras ha sido un problema.
El volverse adulto y empezar a trabajar más el tener responsabilidades por pagar recibos, levantarse a hacer turno a primera hora de la mañana o el ambiente ejecutivo-corporativo, fueron cambiando ese momento en las mañanas y cada día a medida que me hacia más adulta se iba perdiendo la capacidad de disfrutar ese estado. Eran cada vez menos las oportunidades de disfrutar de mi imaginación y de ese estado de adormecimiento.
También había pasado que en algunos momentos se volvía agobiante, porque me llenaba de sensaciones, en esa época no tenia un buen reconocimiento de emociones. Todas las asumía como mías, algunas no las entendía, en esos días, no había crecido lo suficiente en reconocimiento emocional (self-awarness) y me confundía en medio de tantos sentimientos. Entonces… pues no lo llevaba bien, había días muy oscuros, muy poco productivos, mi imaginación me cansaba; entonces decidí encontrar una manera de controlarla y empecé a practicar el trabajar hasta el cansancio extremo (ejecutiva mega-ocupada-estresada) para no despertarme fácilmente en la madrugada. De esa manera lograba empezar tan temprano en la mañana que era fácil evadirse en el estrés del trabajo y salirse de la cama inmediatamente suena la alarma, no había espacio ni un minuto para pensar en mi ser interior, no había tiempo para disfrutar del silencio o la imaginación, era en modo: café, teléfono, correos, Transmilenio o carro, trancón y directo a trabajar. Llegar en la noche agotada y directo a dormir. Había anestesiado algo.
¿Cómo me fue con es estrategia?
Por un lado, me fue bien. El hecho de que mi cerebro se despertara temprano a la madrugada y yo me saliera de la cama inmediatamente a ocupar mi cerebro en trabajar o hacer tareas relacionadas con la empresa, me hacían muy productiva. Adicionalmente me buscaba retos nuevos relacionados con el trabajo para entretener a mi imaginación, aprendí mucho. Me entrene en muchas cosas relacionadas con empresa y el negocio. Buscaba retos de aprendizaje y sobrecargarme con proyectos, de esa manera me entretenía y mantenía mi mente ocupada, el cansancio me tumbaba, me anestesiaba emocionalmente y me hacia muy productiva para una empresa. Me ayudo a tener éxito, a ganar mejor sueldo, mejores comisiones y me llevo a ser muy competitiva. Pero… también me fui desconectando de mi ser interior, me fui volviendo otra persona que no era yo, fui asumiendo el sueño de alguien más. Te acuerdas mamá cuantos días de la madre ni me acordaba porque estaba aún en la oficina trabajando, cuantos fines de semana estaba con mi computadora respondiendo correos mientras todos cenaban en familia, cuantas veces te respondí no puedo porque mi trabajo es muy importante, cuantas veces no te escuche ni a ti ni a nadie porque era más importante el teléfono corporativo, no tenia tiempo para pareja demandante, cuantos novios tenia solo para entretener unas horas del fin de semana porque no tenia tiempo para comprometerme, mi trabajo y mi carrera se habían vuelto lo único de lo que sabia y lo único de lo que podía hablar. Fui llenando las expectativas de otros y no me volví a conectar conmigo misma, no volví a saber como era mi ser interior. Eso también me llevo a perder la empatía, a perder conexión y sensibilidad hacia los demás. Me fui quedando sola porque logré tenerme entretenida todo el día trabajando, ya no tenia identificación con mi ser interior y en mi no se percibía nada natural, siempre mandaba a mi representante. Un día hice un bajón de defensas, hice una crisis nerviosa y terminé otra vez hospitalizada, ese día me di cuenta de que me había quemado, que había llevado el tema de ser adicto al trabajo al extremo. Mi niña interior grito muy fuerte, me llamo la atención, me hizo parar para pensar que estaba haciendo. Ya en ese momento habían pasado 10 años de vida profesional, estaba en edad de ser adulta. De forma adulta debía encontrar la manera de reconciliar lo que reclamaba la niña interior, su momento para la imaginación.
En mi edad adulta, buscando reconectar conmigo misma y mejorar mis relaciones interpersonales. Descansando e intentando relajarme para disminuir el estrés al que me había sometido, mi imaginación regreso. Al principio ayudo mucho. Pero luego paso de nuevo, que no supe que hacer con ella, otra vez me empezó a agobiar. Porque pensaba en el trabajo o en los conflictos de la vida de adulto responsable y toda la insatisfacción que aun me quedaba dentro sin saber porque…. Otra vez busque una forma de negociar y manejar mi imaginación evadiéndola en algo, esta vez fue estudiar, viajar y vivir en el exterior. Pero solo hasta que llego a mi vida la Meditación, fue que encontré la mejor negociación, fue como una formula mágica. Logre a través de la meditación el enfocarme solo en percibir mi respiración y traer mi mente siempre a mi respiración, saber cuando dejo a mi imaginación fluir y que se despliegue en todos sus mundos o personajes, sabiendo como traerla de vuelta a la realidad y enfocarme solo en respirar.
Lo que he aprendido de la meditación es: reconocer ese potencial creativo en mi, disfrutar de las historias que crea mi imaginación en tiempos controlados, identificar los sentimientos, clasificarlos, llamarlos por su nombre, saber cuales son de origen propio (self-awarness) y cuales son de otra fuente externa, cuales son imitados o contagiados (por mi alta empatía percibo y me contagio fácilmente de los sentimientos de otros), de esa manera logro disfrutar y entender mejor, logro relacionarme mejor con mi imaginación y siempre volverla a traer a la respiración, enfocándola.
En este presente, la imaginación es parte de mis herramientas de vida, la uso para ayudarme a encontrar formas de relacionarme mejor con las personas, a pausar mi dialogo interno y solo imaginarme observando o descubriendo, también para visualizar de forma positiva los objetivos; con mi imaginación creo mapas o diagramas, recopilo lo útil que me dejo el día. La meditación me ayudo a identificar y disminuir el revuelto emocional y no quedarme con la pesadez por los sentimientos, logro volverme a enfocar en solo respirar y utilizar mis recursos para solucionar el presente.
Ahora entiendes porque te decía, que si logro escribir en las mañanas para mi seria un alivio, porque la idea de Dorotea de sentarse a escribir fue maravillosa, y me viene perfecta. Me permite reconciliarme con escribir, es como volverse a enamorar, me da la oportunidad de comunicarte todas estas cosas, me ayuda a dar uso a mi imaginación y a darle un mejor uso cada día.
Como te puedes dar cuenta mis madrugadas pueden estar llenas de imaginarios, y tener todo un novelón en mi cabeza. Por eso cuando leí en el libro de Dorotea, un párrafo que decía: a los autores les pasa eso llamado day dreaming, me sentí identificada y esperanzada. Dorotea propone que lo primero que haga es levantarme a escribir sin hablar con nadie y dejar que la imaginación hable. Sentí que había encontrado una oportunidad, eso y masturbarme podían ser como lo mismo. Si funcionaba podría contarle a alguien todas esas historias que mi imaginación me contaba solo a mi en mi cerebro como teatro…. Podría por fin contarle a mi esposo como funciona … y compartir todas las historias que se me ocurren de nuestros momentos juntos, encontraría una forma de traer todo eso al exterior, y así poder vivirlo juntos. Mi esposo entendería que no hay un fulano enamorándome por chat, o un extraño mandando regalos, que soy yo misma y mi imaginación con sus ideas.
Me digo a mi misma: “si quiero que funciones debe ser cuando mi cerebro se despierta, debo poder utilizar lo mejor que pueda ese estado de estupor en las mañanas.” Cerré el libro y lo dejé así… A la mañana siguiente…. Que pajazo mental el que me metí, no te imaginas el placer que sentí. Igual que todos los días de mi vida… mi imaginación despertó a mi cerebro a la madrugada, igual que todos los días procedí a quedarme en la cama, la misma rutina… percibir el latido de mi corazón, y lo que ya te expliqué. Esta vez, sin abrir los ojos me salí de la cama, sin pronunciar palabra, me metí en mi closet, me cubrí con la manta, me senté con el portátil en las piernas. Con los ojos cerrados, me imagine que miraba hacia adentro de mi cabeza, como si me pudiera sentar en la parte de atrás, como si hubiera una silla en mi cerebelo y mi hueso frontal fuera la pantalla. Dejé a mi imaginación presentar lo que ella quisiera… y mientras tanto mis dedos escribían. ¿Cómo haces para escribir con los ojos cerrados? Hoy en día existe una cosa que se llama asistentes de voz para personal con visión reducida o invidentes.
Ese día mi imaginación trajo al escenario, la imagen de una escritora, una mujer bella, de cabellos largos y piel canela, movimientos femeninos delicados, sus formas son curvas bien contorneadas, semidesnuda irradia belleza, despertándose temprano en la mañana, se prepara su café, camina a su estudio y la vez sentándose a escribir. Se le ve sonrosarse, se le ve sonreír, le brillan los ojos, mueve los labios y los humedece, los muerde un poco, parece que le excita, parece que le gusta y lo disfruta. La sola imagen, el saber que soy yo en mi imaginación, me excita. Esos son los regalos que me da mi imaginación.
Ahora quien también lo disfruta es mi esposo, porque después de escribir vuelvo a la cama y me le monto encima… ahora tengo historias para contarle en las mañanas… vuelvo a la cama a despertarlo con besos, con ideas y a compartir lo bien que me siento. Que rico es eso de sentirse enamorando de algo. 😉
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