Sabes mamá tengo muchas ganas de escribir sobre el duelo. Dejarse revolcar por la ola del duelo y la tormenta emocional, sobrevivir para contarlo. ¡Pero eso suena muy cliché de libro de autoayuda… me da guácala! Je, je.
Si mamá tienes razón, no tiene nada de malo el querer auto ayudarse… también podemos empezar algo como… ¿Qué le diría al dos mil dieciocho?, le diría “Gracias por haberme enseñado a hacer eso llamado grieving (o duelo) y darme múltiples vueltas en la montana rusa emocional, lo viví para contarlo”.
Resumiendo, el 2018 me dejo una especialización en duelo, una cantidad deexperiencias que me enseñaron mucho y me gustaría escribir una historia para compartir lo que aprendimos. Primero revisemos como resumiría lo que me dio esa experiencia y luego como fue que nos movimos de cantar: “everything i lost on you” (todo lo que perdí en ti), a luego cantar: “todo lo que aprendí de ti y todo lo que me queda de ti”. Primero te comparto una imagen para que te hagas una idea de como era el programa de la especialización en duelo 2018, la lista de asignaturas que me dio la resumí en esta To Do list:
¿Cómo quiero te imagines el comienzo de la historia?
Al principio puede sonar como las canciones que dice algo así: “No deseo olvidarte, quién podría reemplazarte?”, “No consigo acostumbrarme a buscarte y no encontrarte, si a mi vida pudieras Volver, yo te amaría otra vez…” por Camilo Sexto, o puedes imaginarte el sonido del adagio de Albinoni. El sonido de las cuerdas que arrastran la tristeza y el suspenso del cambio en la intensidad de los violines, que se queda en tu cabeza invitando a surgir el sentimiento de tristeza… mi esposo lo llama música para funeral por eso. También puede sonar como una canción de My Chemical Romance que se llama Helena, así se siente… ardiendo como un fosforo. Luego en ese melancólico sentimiento y ese dolor que esta metido en medio del pecho y te oprime. En este momento, invitemos a los amigos a levantar el vaso y brindar por todo lo que hemos perdido, por los cambios que se avecinan y por el duelo que esta enfrente de nosotros… Después de beber hasta el fondo del vaso y dejarlo de golpe sobre la mesa… la pregunta es… ¿Son todas esas cosas realmente perdidas? ¿Lo único que hay detrás de ese duelo son perdidas, dolor y miedo? ¿detrás del duelo habrá algo valioso por descubrir?
Nosotras sabemos como se siente eso el dolor de la perdida, el cambio que se avista, es una ley en la vida: no todo dura para siempre. Cuando nos sentimos así, en el horizonte cercano, no hay nada de claridad. ¿Cómo vamos a sobrevivir a está emoción, a esté cambio a está perdida? ¿Qué carajos puede haber de bueno en pasar por el duelo?
Me preguntas: ¿Qué consejo te daría para enfrentar el duelo?
Antes de que el fuego de la ira y la frustración se enciendan, antes de que todo se vuelva más oscuridad por el duelo que esta enfrente… Yo te diría, escoge tus armas bien y sabiamente, porque vengo a decirte que todos tenemos que luchar por nuestra felicidad; que merece la pena entrar a la cueva de lo desconocido y aceptar ese duelo; que merece la pena vivirlo y merece la pena esa batalla; que merece la pena sentir ese dolor del proceso… No me estoy enloqueciendo. Lo que pasa es que aprendí que tiene un propósito, un inicio y que tiene un final, que hay un camino en medio de los dos para ser andado, y si lees hasta el final te lo voy contando.
Vengo a contarte que hay una promesa de volver a ver luz al final de ese camino llamado duelo; que si quieres mantenerte fuerte y viva… tenemos que pasar por esa experiencia. A los amigos con quienes compartes estas cartas, hemos venidos a decirles que al final del viaje, hay una riqueza grande de crecimiento y aprendizaje. Debemos decirles también, que solo se alcanza viviendo todo el proceso; advertirles que estarán bajo ataque, muchas emociones vendrán, las vueltas en la montaña rusa emocional pueden hacer perder el equilibrio. Pero todos tendremos en algún momento de la vida, esa batalla (el duelo) por nuestra felicidad… entonces escoge tus armas sabiamente, si quieres sobrellevarlo y salir de está más fuerte que antes.
¿Qué fue eso que aprendí de escoger mis armas bien?
Te digo, algo que aprendí de hacer duelos, es que uno debe prepararse para identificar un montón de emociones. Se pasa por el dolor, el llanto, la tristeza, la frustración, el miedo, el no saber que hacer con la vida, el vacío por la perdida, la rabia, la culpa, el consuelo y la esperanza. Incluyo el agradecimiento, tengo que agradecer porque siempre logre gritar por ayuda y recibirla, llegaron a mi vida facilitadores, o ángeles… como quieras llamarlos. Llego un montón de gente (familia, amigos, otros) y un montón de buena vibra espiritual, para ayudarme y apoyarme. Pero te pido que recuerdes, debes saber defenderte y escoger a tus aliados. Porque mis mejores aliados siempre se revistieron de amor compasivo, mis mejores armas también y las cargaba todo con positivismo. No fue fácil, tuve que encontrar las maneras de lidiar y domesticar: la ira, la culpa y el miedo.
Y… ¿cómo fue que hice eso?
Hablando con amigos o grupos de ayuda, a través de escribir, meditando en las mañanas, rezando algunos fines de semana, haciendo yoga y buscando terapia o coaching. Haciéndome consiente de mi dialogo interno, saber que, si no lo controlaba y lo dejaba irse a visitar el futuro que aun no existía, me llenaba de pánico; si dejaba que ese dialogo interno se quedara solo en el pasado me llenaba de frustración. Entonces debía construir un nuevo dialogo interno. Me dije a mi misma: “No debo desperdiciar este dolor, me voy a dar permiso de sentir y también se que debo llorar, porque así también se aclaran mis pensamientos”. El llanto funciona como la lluvia, después de que pasa la tormenta el cielo se aclara y sale el sol.
¿Qué mas te diría? De los que me enseñó el duelo.
Primero, que tiempo te vas a dar para llorar tu duelo, no debe ser un minuto o un mes, tampoco será eternamente y tampoco todo el día, en ese mismo momento selecciona que dialogo interno te vas a decir. Escoge el pajazo mental que te vas a echar, lleno de palabras consoladoras y optimistas, te lo vas a decir mientras lloras. Un consejo es… no te rompas en desesperanza, yo se que es difícil, pero abrázate y escucha como te repito al oído… “tu puedes con esto”.
Segundo, darse la oportunidad de llorar, con la fiel convicción de que estas lavando el dolor. Parte de tus armas es que sabes que puedes crear nuevas reglas internamente para ti (tu dialogo interno). Estas son las que nos escribimos o nos pintamos a nosotros mismos en una libreta muy personal. También sabemos que, si otros pudieron (nos quedamos con lo positivo), entonces nos decimos a nosotros mismos: “puedes superarlo, encontraremos una forma”.
Abraza la espada que te defiende de la tristeza, reconocer que te estas haciendo más fuerte y sonríe frente al espejo, solo porque sonreír es un ejercicio positivo. Seguro mañana sale el sol y seguro mañana será otro día, eso de nunca aprendemos es parte del pasado. Siempre aprendemos algo.
Esos poderes nos ayudan, también identificar todo lo bueno que tenia nuestro ser querido, lo bueno que teníamos en ese pasado. Evitar quedarnos recordando ese pasado con la melancolía de lo que se fue y no podremos tener. El poder es que seleccionamos lo positivo, lo traemos al presente, en positivo lo integramos, todo eso que aprendimos de nuestro ser querido… y vamos reconstruyendo una mejor versión de nosotros mismos.
Tercero, Recuerda… escoge tus armas sabiamente… compasión, gentileza, consuelo, abrázate, trata de mantener tus piezas cerca a ti, de mantener esos buenos sentimientos cerca a ti, sostente y abrígate. Sostenerte en un abrazo a ti misma, eso te fortalece y repite lo positivo, sigue diciendo …. “no desperdiciar dolor, vamos a aprender de esto, la promesa es salir más fuerte”.
Cuando estaba pensando en escribir este blog, recordé lo que me dijo la psicóloga cuando empecé el proceso del duelo por tu partida. Ella me dijo: “lo normal de un proceso de duelo, en una perdida significativa, es un año. Es normal que te sientas triste porque es reciente y luego cada sentimiento en cada etapa debes nombrarlo y reconocerlo”. Ahora que lo pienso, ya hace un año de eso, y debo reconocer que ella tenia razón.
Al empezar este nuevo año me siento mas tranquila, cada día estoy mucho mejor. Encontré una forma de integrarte a mi vida actual, de consolarme tras tu partida y de retomar el control de mi vida. Meditar me ayudo mucho, el sentir de mi respiración me relaja, me siento y simplemente respiro suavecito, despacio, sin forzar mi respiración.
Durante el proceso de duelo, había días que me sentía muy deshidratada, entonces me busque la dieta con batido reconstrúyete y limpiador, hidratar el cuerpo, darle frutas y verduras. Eso también me ayudo a mantener mi sistema inmune y a sentirme menos débil. Al principio es difícil tener consciencia de que uno debe comer bien, regulado y sano, pero hay que hacerlo porque hace parte de las armas en esta batalla para superar el duelo. La intención de hacerlo bien incluye buscar ayuda: con app que te recuerden la dieta balanceada, ir a un nutricionista, buscas negociar con tu pareja para que te ayude a recordarte el batido o comer menos chatarra, también están los familiares que quieren ayudar y puedes decirles que te recuerden el comer bien y mantenerte hidratado.
Cuando me dieron la noticia de la retininitis pigmentosa (RP) y reconocer una afectación de mi capacidad visual. Un nuevo duelo, aceptar el reto de reinventarme en muchos aspectos, y fue difícil. Siempre primero esta la negación. Pero con la aceptación de hacer el duelo se da el primer paso, es hacer ese viaje. Aprendes a reconocer, como dijo la psicóloga, cada una de las emociones que te encuentras en camino y llamarlas por su nombre, aceptarlas y preguntarte… ¿Qué voy a hacer para cambiar esta emoción y transformarla en aprendizaje? Me sirvió mucho eso, llamar a la emoción por su nombre, saber a que estado del duelo pertenecía y preguntarme ¿Qué es lo opuesto a esta emoción? Y ¿Qué voy a hacer para sentirme de forma diferente? Luego podía avanzar.
Parte de escoger tus armas bien para ir a enfrentar un duelo, es conocer porque etapas vas a pasar y que herramientas emocionales puedes necesitar en cada etapa. No lo desaparecerá por arte de magia y tampoco lo hará más rápido, pero si lo hará mas llevadero. Yo viví cada una de esas etapas, en cada duelo y fueron volviendo cada vez más claras, en el último duelo del 2018, las viví bien a conciencia. Esas etapas son: la negación, la rabia, la depresión (tristeza), la negociación y la aceptación.
De la aceptación me preguntas: ¿Cómo identifique que había llegado a la aceptación en el proceso de duelo por tu muerte?
Bueno mamá, porque fui capaz de escribir acerca de ella. Mi cerebro y mi yo interior, ya hemos aceptado que moriste y que no estas con nosotros. Fue posible escribir acerca de ese día en que falleciste sin llorar o sin quedarme atrapada en la tristeza; fui capaz de redactarlo a partir del recuerdo y fui tomando cada factor para trascribirlo en un aprendizaje. Sin quedarme consumida solo en el dolor, o en la negación, o en la culpa y he logrado moverme a una palabra que es muy variolosa en los procesos de aceptación de la perdida: Aprendizaje.
Que hemos aprendido de ese proceso y que nos quedo. Cuando escribí en ese formato, me di cuenta de que el proceso de duelo lo había completado, que había llegado al último paso, se llama: Aceptación.
¿Entonces quieres reducir todo a simples pasos o procesos?
No es que solo quiera reducir los sentimientos humanos a un proceso simple, no es para nada mi intención, pero si te digo la verdad, cuando te caen tantos duelos encima en un periodo de 12 meses, debes encontrar una forma de gestionarlos. Hacerlo sin perder la cabeza, yo no quería tomar antidepresivos o heavy medicarme, hay que reconocer que tampoco los puedes gestionar todos al mismo tiempo. Porque te cae toda esa tristeza junta y se puede volver depresión patológica en un chispazo. Mi experiencia es que, si lo divides en pasos de un proceso, en tareas a realizar haciendo una por una, evitas que la realidad te deje sin armas. La idea de no perder toda la energía en un solo golpe, no gastar todas tus armas emocionales en una sola depresión por no poder con todo lo grande al mismo tiempo.
Por eso hice como si fuera una To Do list. Para dividir las tareas que me dejo el 2018 y los duelos. Irme encargando de uno por uno, no llorar todos al mismo tiempo o sentir rabia por todos al tiempo… también para escoger mis armas sabiamente de acuerdo con la batalla (la etapa del duelo).
¿Cuál fue la mayor piedra en el zapato?
El tema de la culpa, aprendí una cosa importante mamá. Cuando la culpa disminuye, eso es otro signo de que el duelo se ha ido superando. Aprendí que la culpa es un sentimiento muy jodido, porque no te permite avanzar en el proceso de duelo y te congela (o te atemoriza), porque sigues cuestionando un pasado que no puedes ir solucionar, es pasado ya paso, pero la culpa te sigue llevando a él y a los sentimientos negativos relacionaos con ese pasado. Si tengo que aceptarlo me di látigo como un putas, especialmente la segunda mitad del año, pero cuando llame la culpa por su nombre y me pregunte cual es el sentimiento opuesto… encontré el perdón. Debía moverme hacia adelante y perdonarme, perdonar mis elecciones, mis decisiones (buenas o malas) y reconciliar el recuerdo. Esas tres acciones descubrí que tienen un poder muy sanador y liberador de la culpa, las resumo: hacer ejercicios de perdón, perdonarse a uno mismo; hacer rituales o ejercicios simbólicos de perdón, recordar la buena intención; no juzgarnos a nosotros mismos si en realidad queríamos ayudar; y por último reconciliar el recuerdo. No nos quedamos con esos sentimientos de rencor, porque entendemos que ya se han convertido solo en un recuerdo, que son pasado y nos perdonamos.
¿Dónde empecé a encontrar esperanza?
Tener un nuevo proyecto de vida, una nueva ilusión puede ser: un viaje, estudiar un idioma, cambiar de empleo, practicar un deporte… Un proyecto asociado a algo que te hace ilusión hacer, que es una decisión que has tomado en positivo, basado en los aportes positivos que aprendimos del pasado. El cambio de carrera profesional, el escribir y empezar a trabajar en life-coaching, eso me dio a mi esa nueva ilusión, me permitió retomar el control en un proyecto y volver a empoderarme de la administrativa de las cosas de mi día a día.
Así fue mamá, como dijo la psicóloga, es prepararse para un proceso que puede ser un año o más. Le diría a la gente que, si es un duelo por una perdida significativa en su vida, se prepare para la montana rusa emocional. Acepte la batalla y entre en el proceso del duelo. Que escoja sus armas bien, que recuperar la felicidad es algo por lo que cada uno debe luchar y muy especialmente, darse el permiso de vivirlo.
Para mi fue difícil estar desempleada, pero en parte hoy pienso que, gracias a ese tiempo logre leer muchos libros de autoayuda (Je, je.). Tomar sesiones de coaching, sesiones de meditación e interiorizar, hacer los ejercicios de conocimiento personal de los libros, ayudarme a reconstruir la historia… mucho de self-coaching y mucho de libros de crecimiento personal.
Los duelos son procesos que nos permiten psicológicamente adaptarnos a una perdida. Por ejemplo: la muerte de un ser querido, o por un cambio grande en la vida, o por un divorcio, o por una discapacidad o perder los privilegios que teníamos antes… En cuanto nos movemos hacia la aceptación de la perdida, es un proceso y sabemos que va a ser retador, pero aunque lo sea, es un proceso que por nuestra salud mental se debe hacer y se debe llorar.
Se debe ir a buscar un espacio donde se grite y se explote (sin lastimar a otro), se deben buscar catalizadores de emociones: grupos de apoyo, escribir, cantar canciones a todo pulmón, saliendo a practicar un deporte, ir a la iglesia, o ir al cross-fit… Es parte del proceso sacar toda esa emoción. Debemos llamar a las emociones por su nombre, de acuerdo con el momento de la batalla (duelo) escoger tus armas bien (recursos emocionales) … nuestras armas tienen como objetivo cambiar esa emoción en positivo. ¿Cómo te vas a hablar en tu dialogo interior?, ¿Cómo vas a actuar para sentir que te abrazas y te aceptas?, ¿Cómo vas a representar tu propio perdón?…
Todos tenemos que luchar por nuestra felicidad, todos podemos pasar por el duelo… todos debemos hacerlo… escoge tus armas sabiamente. Se compasivo contigo mismo y pide ayuda siempre que la necesites, abrázate fuerte y recuerda que te dices al oído… “tu puedes y la promesa del duelo, es salir mas fuerte”.
Si quieres escuchar el podcast de esta historia: @Mudadospod en Instagram o Spotify

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