Ya hace un año y medio que marchaste, ha pasado el tiempo, ya hemos desocupado completamente el lugar donde vivias y donde falleciste. La verdad es que siempre te voy a extrañar, y debo admitir que el dolor es menos, que estamos cada dia mejor en el proceso de apatación.
Mamá, he escogido la imagen para la lápida. ¿Porqué un ángel?
Una de las cosas bonitas que nos dicen cuando despedimos un ser querido que ha muerto es: “Tienes un ángelito que te cuida en el cielo”. Tomo la decisión de creerlo y representarlo así porque eso me consuela. Es una forma que nos ayuda a reconstruir el recuerdo y en un plano imaginario seguir dando un lugar a nuestro ser querido en nuestra mente. También te quiero hacer un homenaje, que las personas que te recuerden puedan asociarte con un ángel, porque durante toda la vida te empeñaste en cuidar, enseñar la importancia de educarse, ayudar a las mujeres para que entendieran la importancia de la educación, y también dar un ejemplo de progreso e independencia a las mujeres. Eras mensajera y defensora, de un lema especifico: “estudiar vale la pena, trabaje horradamente, sea disciplinada, comprometase con sus proyectos, haga un plan, viaje, conozca, una mujer puede tener independencia sobre si misma y puede progresar, haciendo la diferencia”.
Mamá, nos enseñaste mucho y quiero que me ayudes a responder una pregunta. ¿Cuáles son las lecciones más significativas y que te hubiera gustado que recordáramos siempre? ¿Cuál te hubiera gustado que fuera tu legado para nosotras? En términos de enseñanzas.
Las lecciones valiosas que nos dejó tu paso y tu experiencia terrenal.
La primera en la que estaba pensando, aprender a trabajar y ganarse su dinero, administrar bien los recursos y la más importante: “la pobreza nunca debe ser amiga de la pereza, ni la falta de aseo”. Evitar al máximo la dependencia económica, eso nunca es bueno para una mujer… Puede ser el comienzo de posibles abusos, o de que el machismo tome ventaja y rebaje la capacidad de decisión de la mujer sobre sí misma o el futuro de sus hijos. Trabajar y empoderarse de los proyectos propios, buscar la forma de tener ingresos, de hacer tus recursos y rezar… sin esperar que las cosas caigan del cielo, para conseguir algo hay que moverse. La dependencia, la ignorancia, la pereza, el desaseo y la falta de disciplina… eso siempre pondrá en riesgo a la mujer en esta sociedad (colombiana o machista).
¿Porqué está imagen? Por algunas caracteristicas tuyas como: el ser cuidadora albergando personas bajo tu cuidado e incluso protección (alas), el estar preocupada por los demás y en observación constante de encontrar una solución (de pie y de manos abiertas); el creer en las pesonas y darles la oportunidad de crecer e incluso ayudarlos en lo que pudieras para que se educarán, o para que pudieran conseguir un trabajo. Una cruz, porque fuiste una mujer de fé y convicciones, y una espada porque fuiste una guerrera. Siempre creiste mucho en el poder protector de los ángeles, eras devota de san miguel arcángel , lo tenias por toda la casa y le rezabas constantemente.
Otra de las lecciones, y en esto estoy segura que nos defenderas con esa espada, evitar aquellos que abusan de la bondad de la mujer. Creo que nos dirias, – Por experiencia se lo digo, evite a toda costa rehabilitar gamines emocionales y adoptar hombre que no pueden soportar ver una mujer progresar, o que les consume la envidia por adentro al ver los logros y beneficios que ha conseguido la mujer, aquellos que no lo aceptan (la igualdad) el liderazgo de la mujer y un rol fuerte y progresista. Evite a toda costa mantener a un hombre; evite a toda costa que sea sólo el progreso de la mujer, él que tire del carro. Mientras el otro (compañero) sea él que se vaya montado y cómodo en el coche, sólo viendo a la mujer trabajar o jalar el carro, evite ese escenario a toda costa -.
También creo que nos dirías, – Evite ponerse a mantener niños perdidos en buscan de su rumbo profesional o de estabilidad financiera a costillas de la mujer trabajadora. Esos que dicen que la admiran mucho (a una mujer) por lo “cameladora” y que seguro al lado de ella si progresaran; pero nunca lograron hacer nada por ellos mismos, nunca hacen ningún sacrificio o se educan para su propio progreso, esos que tampoco hacen nada por si mismos para su crecimiento personal o profesional. –
Mamá, fuiste maravillosa y excepcional, si hoy en día tu legado muestra el resultado de tus logros, y tus historias muestra lo exitosa que fuiste a nivel profesional, laboral, financiero, como administradora y emprendedora. Eras una trabajadora incansable y de alta calidad en lo que hacías.
Fuiste una visionaria en temas de conservación y reciclaje, me acuerdo la batalla que tuviste hace más de 10 años con los residentes del conjunto, porque querías convencerlos de empezar a clasificar las basuras y hacer todo un esquema de reciclaje desde sus casas, poner las tres papeleras en los pasillos del conjunto y en los parques. También en los depósitos de la basura, todo para sembrar la filosofía del reciclaje. Habías visitado Barcelona quedando fascinada con el concepto de reciclaje obligatorio, de clasificar las basuras. Decías, – eso es el futuro, no podemos llenar este mundo de basura y debemos ser conscientes que las cosas se pueden reusar, antes de ponernos a gastar más. –
Tu historia es un ejemplo, como la historia de muchas mujeres colombianas “berracas” y estoy segura de que también muchas mujeres latinoamericanas, que son nuestras mamas. Esas mujeres que salieron del campo, huyendo de la violencia o de condiciones desfavorables para ellas y para sus hijos. Que sin saber ni como, lograron conseguir el pasaje para moverse a la ciudad y cargando con lo poco que tenían, iniciaron aventuras hacia la capital. Mujeres como mi mamá, que dejaron una finca para ir a buscar un lugar donde poder trabajar, limpiando casas, cociendo, trabajando en hogares de ancianos o otras labores domesticas o generales; que estudiaron de noche y los fines de semana lograron conseguir un título universitario; que estudiaron los fines de semana y después de que se dormían sus hijos para hacer una maestría; que contaban las monedas que alcanzaban para el mercado y un par de medias con dificultad, las que había que cuidar todo el año. Que se educaron a son de no dormir, de rascarle a las piedras el polvo con los pies de caminar, que aprendieron a pegar bloque y a echar cemento, para poder levantar una casa. Ellas son nuestros ángeles, mujeres como esas, son las madres de muchas de nosotras, de eso estoy segura. Gracias a ellas y a sus esfuerzos, nosotras podemos contar una historia diferente, ganamos derechos, aprendimos la importancia de la educación, ir a una universidad nos fué más fácil, y aprendimos que estudiar con convicción, ser perseverante y buen trabajador, sí valen la pena. Esas mujeres son ángeles guerreros que nos cuidaron y nos guiarán siempre el camino, por el que cada uno elige andar.
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