Bueno… mamá, si te contara… los últimos días han sido todo un descubrimiento. La vida es y sigue siendo altos y bajos, mejor dicho, aún no me bajo de la montaña rusa. La diferencia de cada vuelta es que voy aprendiendo a llevar la expectativa de las subidas y a gritar para desahogar en las bajadas, o llorando, o a carcajadas. Los días han ido más o menos así… he pasado de la emoción total y la ilusión… a literalmente imaginarme como puedo tener un arma en la mano para pegarle un tiro a el tigre y escribir una nota que diga, quédenseme tranquilos estaba muy cansada para continuar entrenándolo.
Barcelona, día 1 de subidón. Estoy casi al 60 % de mi libro, Encontrando tu elemento, vuelvo a el libro en cada bajón de motivación y en cada momento de duda, cuando tengo la nube negra encima y solo me llueve. El libro logra ponerme en un foco positivo, me pone en plan… activo y todo es posible, mientras voy leyendo el libro me meto unos pajazos mentales , me voy escuchando a mi misma diciéndome… “voy a encontrar lo que quiero más puedo hacer realmente y voy a lograrlo en algo que me guste. Esta situación de duda sobre mi futuro profesional con esta limitación visual no me va a paralizar, voy el camino al éxito. Voy a utilizar este tiempo de desempleo para reinventarme”. Me imagino la palabra así en neón destellante al fondo del teatro que dice: Me Re Inventé, soy la más. Y así sigo con mi positivismo, espíritu soñador y voy haciendo los pajazos mentales… mientras voy leyendo el libro. Que la verdad si alguien esta buscando meterse un subidón de psicología positiva, podemos recomendarle el libro.
Barcelona, día 2 de bajón. Después de hablar con mi familia y mis amigos… sigue siendo el camino lógico lo de profesora de español y la certificación de profesora de ingles. Pero no me siento tan motivada como ayer… Me desperté con la duda clavada en mi cabeza, ¿Quiero invertir dinero en certificarme como profesora de español? ¿luego terminare haciendo un trabajo alimenticio y sintiéndome insatisfecha? Uno de los ejercicios en el libro es escribir en un cuadro las cosa que harían que una se sienta más exitosa… después de hacer una lista y releerla, me doy cuenta de que la vida que estoy viviendo actualmente esta bien. Como buena colombiana agradezco lo que tengo: salud, comida, vestido, un techo donde vivir, una pareja que me quiere además me trata bien (porque las colombianas pareciera que estamos tan familiarizadas al maltrato por ser mujer, que agradecemos lo contrario), tengo tiempo y tengo tra… Pues llegamos al punto que hace falta, no tengo trabajo. Como carajos voy a sentirme segura y exitosa si no tengo trabajo. La vista de la realidad en frente de mi, me sube el frio, me tiembla todo, el miedo se apodera de mi y me manda en caída libre… No he podido conseguir trabajo, soy una perdedora.
Barcelona, día 3 de emputamiento. Leyendo lo que había escrito ayer y haciendo los ejercicios del libro. Ahí esta, para sentirme feliz y exitosa, el área a enfocarme ahora es buscarme un trabajo o algo que hacer… suena de lo más lógico ¿Verdad? Listo lo de ser profesora me dará trabajo y con la limitación visual puedo trabajar en eso, mi papá es ciego y ha sido profesor toda la vida, pues yo también puedo. Pero resulta que, aun así, buscando dentro de mi no logro que me salga bien imaginármelo. Me quedo en el recuerdo de lo que no puedo hacer, sigo sin pasar la página… no puedo trabajar en lo que hacia antes… me sacaron de mi zona de confort… quiero utilizar el montón de experiencia laboral que tengo y además debo agregarle otro detalle, si soy sincera mamá, no quiero emplearme… no me veo dando clases de español… No quiero trabajar para que otro abuse de mi necesidad, no quiero hacer lo que me dicen los demás… La sensación de calor en la cara aparece, me cuestiono porque lo estoy haciendo y me voy emputando. La verdad es… lo único que quiero hacer por primera vez en la vida, permitirme hacer lo que me sale de los ovarios. Quiero tener mi propio proyecto… Me tiemblan las manos y se infla el pecho solo de imaginar o escribir esa frase: Mi propio proyecto… que bien suena eso. Eso es voy a defender esa idea, y empuño las manos y me lleno de energía, me palpita el corazón, me siento un rugir por dentro como si estuviera despertando una fiera dentro. Con el sentimiento de empute y de coraje, me digo a mi misma, Yo puedo.
Londres, día 4 de la normalidad al bajón. Me despierto determinada a definir lo que quiero, decírmelo a mi misma y ponerme a trabajar en ello. Tengo claro que ser ama de casa y house-wife no se me da mal porque yo me organizo mi tiempo, pero adicional voy a buscar un complemento para sentirme útil y trabajar en mi proyecto. Según el libro es algo en común para todos los humanos, todos necesitamos sentirnos “a cargo de algo”, todos queremos “encontrar nuestra pasión”, el sueño de muchos es “trabajar en lo que me gusta” o “trabajar en lo mío”. En psicología dicen que todos necesitamos algo llamado bienestar profesional (career well-being). Yo no soy la única que en la vida a buscado hacer lo que le gusta y le sale de los ovarios, pero como muchas, me había sentido feliz con el hecho de tener un empleo… porque nos dicen: agradece que tienes trabajo… y no te quejes. El bajón… ser empleado es mejor que estar desempleado, ni siquiera tienes un trabajo y no estas siendo agradecida.
Londres, Día 5 otro pajazo mental de subidón. Sigo leyendo el libro, no he parado. Estoy súper concentrada y juiciosamente haciendo cada uno de los ejercicios. Una de las frases que se me queda del libro es “encontrar significancia es una fuerza motora para cada ser humano”. Los humanos necesitamos, sentir que aportamos porque somos seres sociales e intuitivamente buscamos sentirnos identificados, sentir que lo que hacemos va vinculado a algo más grande que nosotros mismos, nos gusta que nuestros actos estén vinculados a un propósito mayor. Cada uno en la vida, ha necesitado darle un sentido, a todos nos gustaría sentir que estamos haciendo algo “importante” (al menos para nosotros mismos o nuestras familias). El libro te pide hacer una lista de las causas con las cuales te identificas, te pide que listes de que forma podrías aportar a esas causas. Yo muy aplicada hago la lista y así como la voy haciendo me van llegando ideas…. vuelvo a ese momento donde creo que me a iluminado el espíritu santo… y se me prendió el bombillo. Me digo a mi misma “Yo podría ayudar a mujeres que, como yo cuando tenia 20 y tantos, que quieren progresar en sus careras profesionales. Yo puedo enseñarles algo de lo que aprendí en a la universidad de la vida, en marketing, en ventas y de adaptación (vivir en el extranjero). También podría aportarles mi experiencia de vida a mujeres que, como yo cuando tenia 30 y tantos, querían dar un cambio a sus vidas e iniciar procesos de desarrollo personal para alcanzar sus sueños. Vuelvo y lo leo, me lo imagino… y que tremendo subidón. Porque lo veo en mi mente, en ese momento me lo creo y me digo que es posible. El siguiente ejercicio del libro es un poco más realista, te pide hacer una lista de donde te encuentras en el ahora, debes poner un titulo a la historia, debes escribir donde quieres llegar, darle un nombre. En ese momento… me quedo fría… me pasan varias cosas por la cabeza… lo de profesor de español no esta incluido… La lista incluye palabras como: coach, voluntariado, blog, charlas, escribir… veo el papel, lo acaricio, me dejo sentir el calor que viene de mis más profundos deseos desde hace años, pero no me atrevo ni a leerlo en voz alta.
Londres, día 6 aferrarse a la silla antes de la caída libre. Tengo una libreta de 200 hojas que llevo conmigo junto al libro. La libreta ya va por la mitad, esta llena de texto, de dibujos, de ideas escritas a mano alzada y de pensamientos positivos. Hay una pregunta en el libro que me deja pensando y la escribo grande en una sola hoja, ¿Cuándo te has sentido que has sido lo más sincera contigo misma? Leo la pregunta en la libreta, una y otra vez, pareciera que me diera miedo responder. Cambio de página y sigo leyendo… Después de unas horas y mientras espero a que pase la tarde, vuelvo a leer la pregunta… Escribo encima lo primero que me llega a la cabeza. ¿Cuándo me he sentido que he sido lo más sincera conmigo misma? Cuando me imagine un vida en pareja con mi esposo, cuando me convertí en “His Wife”. Si que joda mamá, tanto estudiar y tanta experiencia profesional para terminar de house-wife, pero gracias a Dios hay más en la respuesta y es larga. También cuando trabajaba dando formación o entrenamiento a enfermeras y personal de salud; cuando hacia las formaciones creyendo sinceramente en el beneficio de las terapias que vendía la empresa; cuando trabajaba 12 horas diarias como enfermera y supervisando practicas a las ayudantes de enfermería; cuando te dije que estudiaría enfermería y no abogacía o medicina, y toda mi vida el momento más sincero que tengo conmigo misma por encima de los anteriores … es cuando estoy escribiendo.
Bogotá, día 7 subidón de pajazo mental. Me despierto con la fiel convicción de terminar de leer el libro el día de hoy, tengo el tiempo porque estamos de visita en casa de parientes, hoy no tengo que cocinar, no hay deberes por hacer en casa, no hay gestiones por hacer y esta lloviendo. El plan es película o juegos de mesa, la familia esta entretenida… me puedo escapar y seguir leyendo. El libro tiene una pregunta que dice ¿Qué tipo de actividades te llenan el espíritu?, pide que relaciones esas actividades con las respuestas anteriores. Luego observando todo junto y volviendo a leer lo que he escrito, me digo a mi misma… ya lo tengo claro. Yo tengo una experiencia profesional valida y confió en las habilidades que tengo (profesional skills), tengo seguridad en lo que he aprendido en mas de 15 años trabajando con el sector salud, en ventas, en training y en marketing… pues voy a utilizar esa experiencia para trabajar ayudando a otras mujeres latinas jóvenes o adultas buscando crecimiento personal o profesional. De alguna forma yo puedo ayudarles a ellas a descubrir su potencial o transformar su vida, podría estudiar coaching y me voy a dedicar a escribir historias que sirvan a ese objetivo, heroínas latinas. Lo veo escrito en mi libreta, vuelvo y lo leo, se me enciende el corazón y me late a mil, me sube un calor por todo el cuerpo… Mi misión en esta experiencia terrenal es cuidar, creo que una forma de hacerlo es cuidando nuestro bienestar como personas, hablando de crecimiento personal. Esas mujeres que me recuerdan como era yo hace unos años, podrán tener la oportunidad de aprender y crecer como personas. A mi me toco aprenderlo sola a punta de libro y salir del país me dio oportunidades, me curtió el cuero y gané confianza, yo puedo compartir lo que he aprendido. ¿Y como se hace eso?… no tengo los recursos, no quiero estudiar una carrera de psicología, me acuerdo de que en las empresas donde yo trabajaba algunos de los ejecutivos tenían un “executive coach”. Voy a google y hay comentarios de todo, me queda la pregunta… ¿Y eso no es lo mismo que alguno vendedores de humo en las redes sociales?…
Bogotá, día 8 la sensación del vacío del bajón. Me pregunta la familia… ¿Cómo va el tema de dar clases de español? Y yo por mi parte evado la pregunta, de forma discreta hablo de los cursos de la academia cervantes, de el máster que da una universidad española y en fin… excusándome en que por estas épocas todo el mundo esta pensando en navidades. Luego vuelve el tema de las actividades el año entrante… que cuando nos mudamos, que donde viviremos y cada uno habla de sus planes, o de su trabajo. Pues yo para no quedarme atrás digo “voy a seguir con mis clases de francés y voy a iniciar un workshop en escritura creativa, también hare un curso de coaching.” Todo se pausa y luego silencio, me digo a mi misma “te hubieras callado la boca, ahora vendrán las preguntas”. Efectivamente, me pregunta el curioso de la familia ¿y eso para qué lo haces?, ¿es parte de los requisitos para lo de ser profesora? Siento que me sube el rojo pasión en las mejillas, la sangre que me hierve en ese momento, pero… Saco la sonrisa forzada que hemos aprendido para disimular y contesto “No, es diferente. Me rechazaron del curso de profesor y no he decidido aun si voy a invertir en eso otra vez”. Pero el curioso es curioso y vuelve al ruedo preguntando, entonces lo de el curso de escritura ¿de qué va? ¿Es para aprender a escribir como los escritores de libros o novelas? Y… a que no adivinas que respondí… “si, es para aprender habilidades de escritura, se pueden usar para escribir cuentos o novelas”. Seguidamente escucho la voz del critico realista diciendo, pero ahora te va a dar por volverte escritor, como si fuera tan fácil escribir un libro y vender miles de copias para vivir de eso. Además, hacer un curso de coaching es como calificarse para vender porros psicológicos en eso hay mucho charlatán, eso no es ser un profesional serio. Ahora tengo el rojo pasión intenso en las mejillas, mi sangre paso el punto de ebullición, pero…. me trago el orgullo con saliva, respiro recordando que es invierno y el aire esta frio para que se me enfríe la sangre, me agarro las manos para evitar que se note las garras que siento salirme, que no se me note que le quiero rayar la cara. Seguidamente, muevo la cabeza un poco de lado, con mis manos una contra la otra y los dedos entrelazados, dejo reposar mis muñecas en mis piernas, bajo los brazos en actitud relajada, respiro suave y despacio, miro el horizonte y contesto “mientras decido que hacer, ya me viene bien escribir mejor. Y soñar no cuesta nada… escribir no es tan difícil todos lo hacemos, escribir para mi también es posible, mientras tanto aprendo algo nuevo y me sirve para lo de profesora”. Veo la cara del público satisfecho con mi respuesta y todos asienten… si claro, si esta pensando en ser profesor, suena lógico. Se quedan todos tan contentos y yo sonrió como si fuera una aprobación tácita, la cual no siento. Mientras por dentro tengo el tigre que ruge la pura verdad… Les hubiera gritado “Si, quiero escribir. Es lo único que quiero hacer en mi tiempo libre, quiero hacerlo mejor”. Y ruge más fuerte dentro de mi… “No les voy a permitir que me quiten ese sueño, no voy a permitir que alguien me cuestione de nuevo, no voy a permitir que me desmotiven, nadie me va a impedir soñar en que puedo hacerlo bien y disfrutar haciéndolo”. Por ahora me guardo el rugido, me guardo las garras, en silencio lo voy a seguir haciendo y les diré cualquier cosa para distraerlos. Ese tigre es mi pasión hablando.
London día 9 Saco el miedo o mato el tigre. El regreso no fue fácil, sigo con las ideas mezcladas en la cabeza. Tengo ganas de mucho y no se como hacerlo, he invertido en estudiar francés, he invertido en un workshop de escritura creativa y estoy buscando los cursos de coaching. El costo de los cursos de coaching… me pone a pensar, los comentarios online y la realidad de que en el gremio hay muchos vendedores de humo me pone a dudar. Yo no quiero pasar por un charlatán mas, quiero ayudar de verdad y hacerlo de una forma seria o profesional. El tiempo que voy a dedicar, los recursos de nuestros ahorros que voy a invertir… que pasa si invierto ese dinero y luego no salgo con nada. No tengo ninguna seguridad de que podre hacer ningún salario o hacer ningún emprendimiento, no puedo tener ninguna seguridad de que si invierto estudiando eso voy a poder recuperar la inversión. Que tal si no logro escribir nada bueno, que tal si no logro crear un espacio en el coaching para mi, que tal si solo caigo en el mismo tazo con los charlatanes y los vendedores de humo… Yo no puedo darme el lujo de invertir el dinero de la familia sin pensar… yo no estoy trabajando y el dinero no sobra… Que tal que mi familia tenga razón y no es seguro, el camino más sencillo es lo de dar clases y certificarme como profesor. Que tal que mis peores miedos se vuelvan verdad que no sea buena para el tema y no lo haga bien, si no logro tener un mínimo de ingresos con que recuperar lo invertido en cursos. Luego viene la imagen de mi perfil en LinkedIn … yo tenia una reputación y un perfil profesional, como lo voy a cambiar así, que dirán mis antiguos colegas y compañeros de trabajo. En ese mismo instante que termino de ser consciente de lo que estoy diciendo, recapitulo para ver si de verdad soy yo la que esta hablando, si soy yo. Al segundo después de pensar y analizar lo que dije, me sube el calor al cuerpo, se me enciende el rojo pasión y ruge el tigre que tengo adentro con unas ganas de salir y rugir libremente, me digo a mismas “hijueputa otra vez te estas dejando paralizar del puto miedo, te estas dejando llenar del temor y aterrar por la incertidumbre. Los comentarios de los demás nunca van a venir a ser feliz por ti en la vida y nadie ahí afuera es totalmente feliz o facultado para juzgarte. Te prometiste seguir tus sueños y cazar para conseguirlos; ahora tienes el miedo enfrente y estas matando el tigre. Serás cobarde”. No es cobardía, el miedo es un sentimiento básico que nos acompaña a los humanos, evolutivamente nos ha servido de mucho porque nos salva de ponernos en peligro, pero en aspectos creativos o en áreas de innovación el miedo también puede ser el peor consejero, porque congela todo intento de hacer las cosas distinto.
Tengo dos opciones; o alimento el miedo y le doy un arma para que acabe con esas ganas que tengo de hacer algo diferente y mate el tigre; o dejo ese tigre rugir, salir a cazar una oportunidad, afilarse las garras y le quito armas al miedo. Ya calmada, apretó las manos… necesito escuchar ese rugir, necesito sentir esa pasión y nadie le disparará para callarlo. El tigre se queda.
París, día 10 de subidón alistando para otra vuelta. El último ejercicio del libro es escribir una carta hablando en tercera persona de ti mismo, de aquellas cosas que descubriste sobre ti mismo durante la lectura del libro. Escribí con tantas ganas… me salió todo tan fluido, me dejé llevar por el sentimiento, me metí en el rol, me dejé creer realmente cada palabra positiva que estaba escribiendo, me sentía tan bien mientras imaginaba ese proyecto, mientras en mi cabeza lo imaginaba posible y luego detenidamente leí lo que había escrito. Me gustaba cada palabra, me imaginaba a mi misma ejecutando cada acción y viviendo en el escenario de mi proyecto. Deje que mi voz interior me hablara como en un susurro amoroso… “podría estudiar coaching para ayudar a mujeres adultas jóvenes a descubrir su potencial y transformarse en su mejor versión, voy a escribir … voy a trabajar con la asociación de ciegos y personas con discapacidad visual… voy a poner al servicio de esos dos grupos todo lo que aprendí antes de que mi vida cambiara. Voy a leer todo lo que pueda mientras pueda. En silencio, me acomodo bien en la silla del tren, pongo mis brazos alrededor de mi misma y me abrazo… se siente tan bien escuchar eso. En ese mismo momento, me siento tan libre de decidir lo que quiero hacer con mi vida… no se que pasara mañana, pero ese sueño que me susurro, decidí que me lo quedo y lo disfruto. Vuelvo a abrazarme siento una fuerza interior, escucho rugir al tigre y me digo… “disfrútalo, imagínalo posible… no le tengas miedo, que por soñar nadie nos cobra y mientras este vivo todo es posible”.
Así va la vida mamá, te haces una idea de como es la montaña rusa de emociones. Subidas y bajadas, pero quiero abrazar el tigre. Tengo ganas de apasionarme con mi proyecto.
Debe estar conectado para enviar un comentario.